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Varias ONG renuncian a ayudas por no poder insertar a los usuarios

Si encontrar un empleo se ha convertido en los últimos años en una empresa harto complicada, para colectivos en riesgo de exclusión como discapacitados, inmigrantes, mayores de 45 años o mujeres solteras con hijos la dificultad es mucho mayor. Por eso, muchas ONG pusieron en marcha proyectos de empleo para colaborar con las administraciones en aligerar las listas del paro. Sin embargo, las condiciones establecidas en las convocatorias del Servicio Canario de Empleo (SCE) han obligado a muchas de estas entidades sociales a renunciar a estas ayudas, para evitar ser penalizadas por la imposibilidad de cumplir los criterios impuestos por el Gobierno autonómico.

Según explican fuentes consultadas por el DIARIO, la finalidad de los proyectos de los llamados Itinerarios Integrados de Inserción Laboral del SCE, según se recoge en las bases de la convocatoria, es “mejorar la empleabilidad de los colectivos a los que se dirige, así como su inserción laboral, mejorando su competitividad y proporcionando a las personas desempleadas con especiales dificultades el apoyo que necesitan, con el fin de que obtengan los conocimientos y prácticas adecuadas que mejoren su capacitación, favoreciendo la generación de empleo”.

No obstante, las ONG critican que el único indicador que se utiliza para medir el grado de éxito del proyecto son las inserciones laborales, estableciendo incluso penalizaciones económicas en caso de incumplimiento de los criterios establecidos, “extremadamente restrictivos”. Es el caso de Cáritas de Tenerife, que ha renunciado a una ayuda de casi 100.000 euros porque muchos de los usuarios de su programa de empleo lograron contratos que no cumplían los requisitos exigidos por el Servicio Canario de Empleo en su convocatoria, que requería contratos indefinidos de tres meses a jornada completa o de seis a media jornada.

Algo similar ocurrió con la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz de Tenerife, que se vio obligada a devolver más de 200.000 euros por no cumplir los criterios de inserción para distintos proyectos de formación y empleo. Uno de los proyectos estaba destinado a personas con grandes dificultades de inserción que fueron formadas en profesiones vinculadas al sector de las energías renovables. En otro, un grupo de jóvenes viajó a Alemania para hacer prácticas laborales y aprender el idioma, con el compromiso de que al menos el 40% tenía que lograr un empleo.

FORMACIÓN BÁSICA
“El trabajo que se realiza en estos Itinerarios Integrados de Inserción laboral incluye la formación ocupacional en competencias transversales para el empleo, la promoción del alumnado, la intermediación con empresas, etc., y todo ello repercute directa e indirectamente en la empleabilidad de la persona. Pero el Servicio Canario de Empleo solo valora las inserciones laborales con unas características determinadas, que se alejan de la actual situación del mercado laboral (no se contempla, por ejemplo, el autoempleo ni el emprendimiento)”, subrayan las entidades afectadas, quienes inciden en que “no se valoran las contrataciones asociadas a políticas activas de empleo, cuando en los últimos años estas políticas han venido incidiendo especialmente en colectivos con mayores dificultades de inserción, como los jóvenes parados sin formación superior, desempleadas de larga duración, mujeres mayores de 45 años, entre otros”.

[sws_grey_box box_size=”100″]Cáritas, un ejemplo para la Administración
Considerado como modelo para la propia Administración regional, el Programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Tenerife, a través de su servicio de orientación e intermediación laboral, atendió en primera acogida a 1.287 personas el año pasado. De ellas, un total de 148 (59 hombres y 89 mujeres) consiguieron su inserción laboral. Además, otros 93 participantes del proceso también lograron un puesto de trabajo, pero su tiempo de duración fue inferior a tres meses.

Del total del alumnado atendido por la ONG, 566 participaron en un proceso formativo, que implicó servicios de orientación y formación, con una duración mínima de 50 horas. Igualmente, 779 personas desarrollaron un itinerario personalizado, que conllevó un mínimo de 5 a 10 horas de orientación más una acción formativa, para la mejora de la adaptación al puesto de trabajo y de su nivel de empleabilidad.[/sws_grey_box]