El cruce de querellas (unas anunciadas y otras presentadas) en el sector de la hostelería de la provincia de Santa Cruz de Tenerife no es más que un intercambio de fuego amigo -ya no tanto- desatado en las entrañas de Comisiones Obreras. El conflicto estalló en el proceso de fusión de las federaciones de Servicios Financieros y Administrativos (Comfia) y de Comercio, Hostelería, Turismo y Juegos (FECOHT). La gresca abrió una vía judicial que va camino del infinito. En este callejón sin salida, una escisión ha desmantelado en la práctica la estructura de CC.OO. en este ámbito, con la fuga de unos 1.800 afiliados, en apenas dos meses, que han encontrado refugio en Sindicatos de Base procedentes también de la UGT. La denuncia de “apropiación indebida” y “gestión opaca” por parte de 42 comités de empresa viene a ser la punta del iceberg de una acalorada guerra fría.

En tales circunstancias, SB ha ampliado las demandas que los presidentes de los comités interpusieron en octubre de 2015 por los presuntos delitos de injurias y calumnias contra los secretarios generales de las federaciones de Servicios de Comisiones Obreras: el de la canaria, Ignacio López, y el de la nacional, José María Martínez. La onda expansiva alcanza ahora al presidente de la patronal Ashotel, Jorge Marichal, a quien requieren que reconozca que la supresión de los fondos sociales que el convenio colectivo dedicaba a la representación legal de los trabajadores fue a consecuencia de las “presiones” ejercidas por la dirección de Comisiones,  algo que achacan a una operación de asfixia económica. Ayer, los dirigentes de SB Salvador Viñas y Javier Velasco,  además de los miembros del comité de RIU Buenavista Mari Carmen Cambados, Antimo Castellano y Violeta Medina, se defendieron con información detallada de las cuentas y hasta facturas del café. A Martínez le afearon sus “simpatías” con el banquero Miguel Blesa.