superconfidencial

La justicia

1. Por cosas como ésta yo escribo siempre justicia con minúscula. Como dice un amigo, no creo en la justicia divina, ¿cómo voy a creer en la de los hombres? Un señor, en paro, pretende alquilar un apartamento, comprado a base de sudor y de lágrimas, a un tercero para ayudarse a subsistir. El posible inquilino va, ve el piso y observa que el dueño tiene un juego de llaves del inmueble y de las zonas comunes sobre una mesa. Le dice al dueño que le interesa, que lo va a alquilar, a medias con su novia, y que le gustaría que ella lo viera. Nada, el propietario accede. Se van y a los pocos días regresa el individuo, sin su novia, pero le dice al dueño que quiere ver otra vez el apartamento, porque tiene dudas. Mientras el dueño riega unas plantas secas que había por allí, se apodera de las llaves del piso, sin que el arrendador se percate de ello. Se van. El individuo le estrecha la mano al dueño y le dice que de acuerdo, que firmará el contrato a la vuelta de éste de la Península, donde ha de desplazarse porque ha encontrado un trabajo.

2. En el ínterin, los vecinos telefonean al dueño del piso porque observan que hay gente dentro que monta unas tremendas escandaleras, que tienen las luces encendidas todas las noches y que aquello huele fatal. El dueño presenta una denuncia, va la policía, identifica a los ocupantes y traslada la denuncia al juzgado competente de una localidad del Norte de Tenerife. Han pasado dos meses, el juzgado no ha actuado, los okupas siguen dentro, el dueño continúa pagando la hipoteca, la luz, el agua y no puede entrar en la vivienda porque le han cambiado el cilindro de la puerta. Tampoco los puede echar a patadas porque la ley se lo prohíbe. ¿Para quién se han hecho las leyes, para los delincuentes o para las personas decentes?

3. Cuando el propietario reclama a su abogada que dé prisa al juzgado, ésta le dice que la funcionaria que lleva el asunto está de vacaciones, que no llega hasta final de septiembre y que “ya sabe usted cómo son las cosas de la justicia”. Por eso, queridos amigos, querido propietario, yo siempre escribo justicia con minúscula. ¿Alguien se atrevería a lo contrario?

achaves@radioranilla.com