De nombre, Trinidad - Por Carmelo J. Pérez Hernández
La propuesta que hace la Iglesia este domingo es que nos sumerjamos en una pregunta tan antigua como la vida inteligente
La propuesta que hace la Iglesia este domingo es que nos sumerjamos en una pregunta tan antigua como la vida inteligente
Si de algo no andamos sobrados en absoluto es del Espíritu de Dios
Hubo un tiempo en el que lo llamaban “el cura de la tele”. También le apodaban “el cura guapo”
La Iglesia nunca ha sido una balsa de aceite. Afortunadamente. Prefiero vivir en una comunidad donde alguna tarde surge un desencuentro irreconciliable con tal de que podamos ser tantos y tan distintos
Yo soy la puerta”, explica Jesús a sus discípulos
La vida se parece mucho a aquel atardecer sinuoso, pleno de sentimientos y enseñanzas, que aconteció a los que regresaban a su casa en Emaús
Ha terminado la Semana Santa, que son esos días con vocación de electroshock, diseñados para devolver la vida a cada una de las células de este cuerpo trémulo que es la Iglesia
Cuando acaban los días grandes de la Semana Santa me quedo con el regusto amargo de sospechar que, una vez más, he tenido que hacer tantas cosas que es posible que el tiempo de mayor calidad no se lo haya concedido a las que son verdaderamente importantes
Lo escribí en estas mismas páginas al inicio de la Cuaresma: ya está aquí el frío. Es una buena noticia, dije entonces, porque sólo cuando hace frío los hombres nos hacemos preguntas
El evangelio narra hoy la vuelta a la vida de Lázaro, el hermano de Marta y María
A Adolfo Suárez lo mataron 15 cafés y tres paquetes de cigarrillos diarios. Y una dieta saturada de tortillas francesas. Y también lo liquidó una pena negra que rondaba a las mujeres que más quería y que terminó por apoderarse de sus cuerpos, porque de sus almas nunca pudo
Esa es en realidad la pregunta clave, la que casi condujo a Moisés a una crisis de nervios
Ni el cardenal Rouco es el lobo feroz, ni el arzobispo Blázquez es Robin Hood. Ni uno es la encarnación de la caverna más rancia, ni el otro ejemplifica el ideal del prelado progre (entre otras razones, porque entre los obispos españoles no hay progres, concediendo que el inadecuado término puede ayudar a que nos entendamos)
Ya es Cuaresma. Y debería ya hacer frío. Me refiero a que es tiempo de cerrar un poco las ventanas, nunca del todo, y empezar a acunar el deseo de convertir la soledad y el silencio en cómplices de nuestro renacer personal
Fuera de contexto, la lectura del evangelio de este domingo bien pudiera asimilarse a un manifiesto hippy
La cara de velocidad la llevan por dentro, que es el peor sitio para acelerar
Se equivocan quienes piensan que el gran objetivo de la Iglesia es que su moral sexual o su forma de vivir el momento conquisten el mundo, o que se acreciente su influencia en la sociedad
Hay algo tan grave como no contar con el respeto de la sociedad. Los cristianos estamos expuestos al peligro de no querernos por dentro. Me explico: hay tanta distancia entre lo que somos y lo que deberíamos ser, que no es extraño que brote el desaliento, a título personal y comunitario
Dos mamarrachos con carné de servidores públicos han maniobrado entre tinieblas hasta conseguir que cesen a Pedro J. Ramírez de su cargo de director de El Mundo. Desde sus nichos, un palacio para cada uno, han sumado sus fuerzas a las de la oposición para intentar apagar la voz que sacaba a luz sus vergüenzas y, lo que es peor, sus abusos
Si le apetece, hoy puede entrar en la Catedral de La Laguna